![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk3eoxm1VBSi5eVt_a9PnoJdMK2XoMwCFiB7456fcG9vweTHpMlymqkbJ6gVbBmiKfdNhUkDoW22F75yEHFWoejJaXzkJCKkyvHdtNW63KoQifa1kFqt6RR64RsMO5zEO66RP_N_Xiqck/s400/terapia.jpeg)
COMO un extraño tic autobiográfico, una terapia de choque, un deje maniático que parece ser crónico aunque a veces pasemos por crisis de pareja, llámese Guerra Fría, llámese Cese temporal de la convivencia -aunque esta vez apunte a final feliz-; como una visita al confesionario, como un paseo por la playa vacía; como una manera de huir de la asfixia de la rutina; como un secreto a voces.
Así es como ofrezco este blog, y no de otra manera.
Habrá (y no), daños colaterales sueños decepciones color habitación 306 estructuras literatura vulgarismos artículos reflexiones guiños invierno vocación ralladas hueco al ingenio, y por obligación, al absurdo.
Queden lejos medallas, limosna y lameculos.
"Consentir que nos condecoren es reconocer al Estado o al principe el derecho de juzgarnos, ilustrarnos, etc".
Charles Baudelaire, co-fundador del club cuyo nombre toma prestado este blog.
PD: que disfruten...
Así es como ofrezco este blog, y no de otra manera.
Habrá (y no), daños colaterales sueños decepciones color habitación 306 estructuras literatura vulgarismos artículos reflexiones guiños invierno vocación ralladas hueco al ingenio, y por obligación, al absurdo.
Queden lejos medallas, limosna y lameculos.
"Consentir que nos condecoren es reconocer al Estado o al principe el derecho de juzgarnos, ilustrarnos, etc".
Charles Baudelaire, co-fundador del club cuyo nombre toma prestado este blog.
PD: que disfruten...
Como siempre, encantada de leer lo que te sale de la cabeza. Muá!
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