NACER nace dos veces. Tras un parto sin sangre ni gritos de dolor (aunque a veces sea un proceso doloroso y a veces resbale la tinta), una vez expulsado desde las entrañas más profundas del estómago, la placenta de papel (órgano efímero porque las palabras son palabras independientemente del papel) puede sostener o no las imágenes más devastadoras y las más estúpidas con igual oficio, y recibir cornadas y halagos si se tiene suerte o estar condenado a la nada peor que es la de las miradas indiferentes que no se paran, que no entienden, que no piensan por sí mismas ni por nadie y que por desgracia respiran. Como en cualquier otro parto, supone arrancarse una parte de uno mismo, expulsar un vástago, dar a luz un simbionte, dar a luz un parásito que cobre vida en los ojos propios y en los ajenos. Nace por segunda vez como en la elevatio de la vieja Roma, cuando se reconoce como propio, cuando se acepta, cuando se firma, cuando se le permite vivir. El abandono deja pocas posibilidades de supervivencia.
Se escribe cuando se tiene algo que contar, se escribe como un oficio mecánico infame, se escribe como un producto del mercado, se escribe de verdad, se escribe por matar el rato, se escribe para rellenar los abismos de la gente sola.
Granada, otoño 2010
No entiendo lo de ELEVATIO.
ResponderEliminar"En Roma no se decía que un ciudadano tenía un hijo, sino que lo tomaba o acogía. El padre inmediatamente después de nacido su hijo, debía levantarlo del suelo, donde lo había depositado la comadrona, para tomarlo en brazos y manifestar así que lo reconoce como suyo y rehúsa a exponerlo.
ResponderEliminarLa criatura a la que su padre no levantaba, se vería expuesto ante la puerta del domicilio o en algún basurero público y lo podía recoger quién lo deseara".
Es un resumen de un artículo (no lo he hecho yo, luego si quieres te paso el artículo)
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ResponderEliminarLeído, entendido (creo), gustado y compartido.
ResponderEliminarEscribir es vomitar mediante trazos el alma del que escribe, del que siente y del que pena.
:)
ResponderEliminarSabía el ritual, pero no que se llamara ELEVATIO. Gracias.
ResponderEliminarLo he corregido y puntuado, que parece que no se entendía bien.
ResponderEliminarComo siempre, me has sorprendido... Nunca dejes de escribir...
ResponderEliminarHe tropezado de casualidad con el blog por su llamativo título (me sorprendía que no existiese ya) y me ha gustado mucho esta entrada :)
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ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios
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