domingo, 19 de septiembre de 2010

Radiografía subjetiva en Wall Street (Año 2110)





EL esqueleto de Wall Street es de un amarillo sepia, vagamente recuerda al mármol y apenas se sostiene con columnas de palos de alambre, es un museo donde habitan decenas de hombres clónicos de traje corbata y maletín y agallas de tiburón en el cuello, que tenían prisa porque se les acababa el tiempo y estaban asfixiados y medio derretidos por el estrés y por la rutina, fotografiados como las estatuas de Bernini en un momento concreto y en un instante preciso, asustados, violentos, extenuados, la desesperación oculta en una mueca torcida en la boca.

Millones de visitantes viajan cada año hasta New York para observar boquiabiertos esta especie de Via Crucis del siglo XX, este páramo, esta otra Zona Cero. Es un cementerio.

Los peces gordos desayunan hombres de traje y corbata porque tienen agallas más grandes en los colmillos de las rejas de los bancos, no en la entrepierna.



Granada, otoño 2010

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